Con el auge del Feminismo en Argentina, se pusieron en el foco muchos asuntos del deporte nacional, los cuales fueron cuestionados y puestos a considerar cambios urgentes. Todo esto trajo consigo una mochila de logros que se fueron acumulando en pos de la igualdad. Entre ellos, la semiprofesionalización del fútbol femenino, que exigió a los clubes armar contratos para un mínimo de ocho jugadoras del plantel, un puntapié para el fútbol que queremos.
El pasado 6 de agosto, la Comisión Directiva de River Plate aprobó un proyecto por el cupo femenino del 20 % en los cargos dirigenciales del club, lo que ampliaría las posibilidades de participación de las mujeres en la institución. Además, sancionó un Protocolo de Actuación para la Prevención e Intervención ante situaciones de discriminación y/o violencia de género en el ámbito del club.
Sin embargo, mientras dicho Protocolo promete facilitarles respuestas rápidas, eficaces y concretas a las situaciones de violencia y/o discriminación, Mariana Blanco, la talentosa ex DT de Futsal Nacional, espera una respuesta a su denuncia.
“Qué bueno que haya protocolo de actuación ante situaciones de discriminación. Ya tienen un caso, pueden activarlo, y pedir disculpas también”, escribía Mariana en su cuenta de twitter al enterarse la noticia.
El 19 de julio de 2020, Mariana Blanco publicó una carta abierta en sus redes sociales denunciando a dirigentes de River Plate por violencia de género. En ella, con el pulso lleno de coraje, nombró a los agresores y las injusticias que le hicieron vivir, desde 2013 hasta el cansancio:
Son muchos los costados desde los que hostigaron a Mariana y largo el camino de éxitos que le prohibieron andar. No sólo le negaron ayuda para hacer crecer el futsal femenino, sino que también le hicieron pagar cualquier acto que consideraron de rebeldía e incluso el hecho de ser mujer lesbiana, perjudicando a sus jugadoras y cerrándole todas las puertas que le ofrecía el deporte.
Si Mariana los nombró, fue para que la memoria los anote sobre sí misma con tinta indeleble: Fernando Guarini, Martin Aquino y Maximiliano Rigada. Denunció por ella, por la necesidad de curar el dolor de la carrera que le trataron de pisotear constantemente, por sus hijas (Juana y Eva) y por todas las mujeres deportistas. Por no callarnos nunca más.
No queremos mirar hacia otro lado ni ceder ante el olvido. Hay acciones que deben ser repudiadas para impedir que se repliquen. Por esto, los clubes deben tomar verdaderas cartas en el asunto y no silenciar los reclamos mientras firman proyectos que aseguran hacer lo contrario.
Desde Rabia Revista levantamos la voz de Mariana y le exigimos a River Plate una respuesta inmediata a su denuncia con las acciones y las disculpas que correspondan al caso.
Por Mara Guolo.